Posted on

El megaoperativo contra la organización criminal Comando Vermelho (CV) se realizó en los complejos de Penha y de Alemão, dos populosos conjuntos de favelas de Río, en la zona norte de Río.

Río de Janeiro se ha visto sumida en una atmósfera de guerra y caos tras un operativo monumental llevado a cabo como parte de lo que las autoridades denominan la «mayor operación en la historia de la ciudad» contra el narcotráfico.

A día martes, al menos 64 personas perdieron la vida durante esta ofensiva masiva dirigida contra la organización criminal Comando Vermelho, conocida por su reinado de terror en las populosas favelas de Penha y Alemão, ubicadas en la zona norte de la ciudad. Avalados por los informes iniciales de la Policía Civil de Río, este escenario de horror fue presenciado por miles de residentes que quedaron atrapados en medio de la escalofriante confrontación.

El despliegue operativo involucró a cerca de 2500 efectivos estatales con el mandato de frenar la brutal expansión del Comando Vermelho, una organización profundamente arraigada en el crimen organizado de Brasil y una de las más temidas en Río de Janeiro. A la par que esto ocurría, la violencia alcanzaba cotas de ensueño cuando los delincuentes, en un último intento por resistir, tomaron la controvertida decisión de emplear drones artillados y robar más de 50 autobuses para construir barricadas en un esfuerzo desesperado por impedir el avance de las fuerzas de seguridad.

A medida que el desenlace del operativo revelaba una cifra de detenciones en aumento, con al menos 81 individuos arrestados, la realidad de las víctimas mortales resultaba aún más desgarradora al conocerse que los primeros informes indicaban la muerte de cuatro agentes de la ley. Este golpe devastador incrementaba la preocupación social en una ciudad donde los tiroteos, el fuego cruzado y las tácticas letales del crimen organizado han pasado a ser parte del día a día en las barriadas.

Los ciudadanos de las favelas penalizadas por la operación experimentaron momentos de auténtica angustia, mientras se veían empujados a abandonar sus hogares o buscar refugio seguro frente a las agresivas represalias de los miembros del Comando Vermelho. Las semanas previas al operativo habían estado marcadas por una profunda inquietud, con rumores sobre invasiones inminentes y violentas en la vanguardia de las preocupaciones cotidianas.

Expertos en seguridad destacan que el éxito del operativo podría pedagógicamente frenar o, al menos, ralentizar las actividades ilegales del grupo criminal. Sin embargo, el coste en vidas humanas y el consiguiente clima de miedo ponen en discusión de qué manera será cubierta la necesidad latente de mejorar las condiciones socio-económicas de la población, un factor que podría desempeñar un papel crucial en la escalada de violencia y relativo deterioro de las zonas marginales de Río.