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Continúa la evacuación de comunidades cercanas bajo una intensa caída de ceniza.

La región oriental de la isla de Flores, en Indonesia, ha sido escenario de una tragedia de dimensiones catastróficas, luego de que una serie de erupciones del volcán Lewotobi Laki-Laki acabara con la vida de al menos diez personas. Los equipos de emergencia, que desde el comienzo de la catástrofe han venido trabajando incansablemente, informaron la recuperación de los cuerpos de nueve víctimas y continúan en la ardua búsqueda de una persona que aún se encuentra desaparecida en medio del caos dejado por la actividad volcánica.

 

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La Agencia Regional de Gestión de Desastres (BPBD) confirmó que nueve de los fallecidos eran residentes de la aldea Klantanlo, una apacible comunidad que ha sido sorprendida brutalmente por la fuerza de la naturaleza. Este lugar, cercano al temido volcán, ha visto truncada la vida de varios de sus habitantes, sumiendo a sus familias en el dolor y la incertidumbre del momento que atraviesan.

Minutos antes de la medianoche del domingo, el volcán dio inicio a su actividad eruptiva, manteniendo en vilo a todos los que habitaban la zona. Fue alrededor de las 12:00 de la noche cuando el Lewotobi Laki-Laki erupcionó por primera vez, prolongando su colosal explosión durante 25 eternos minutos, según detalló el Centro de Vulcanología y Mitigación de Desastres Geológicos (PVMBG). A consecuencia, dos nuevas erupciones se sucedieron, obligando a las autoridades a elevar de inmediato el estado de alerta al nivel máximo, con el fin de salvaguardar las vidas humanas en riesgo.

 

 

Para proteger a la población ante la peligrosa situación, se estableció de inmediato un radio de exclusión de 7 kilómetros en torno al volcán, el cual se alza imponente a 1584 metros de altura. La misma se encuentra vigente ante la amenaza latente del ponteorial que inunda y arrasó a causa de las intensas lluvias que también azotan el área y que transforman el ya complejo panorama en uno aún más precario.

Oficialmente se ha reportado que, en total, siete localidades, todas sumando una población mayor a los 10.000 habitantes, se encuentran bajo la sombra del área peligrosa, de exclusión. Multitud de videos, circulados por la BPBD, dan fe del dramático proceso de evacuación que afectó a esta decena de millares de vidas quienes, algunas a bordo de camiones, han huido del manto mortuorio de ceniza que sepulta aldeas, resultando con serios daños en infraestructura edilicia, incluso calcinado construcciones completas.

Las autoridades de la BPBD han hecho instancias matizadas por la gravedad del momento invitando a la población al sosiego y seguir las indicaciones precisas de las autoridades en el terreno del desastre. Asimismo, recomendó de manera enfática el uso de mascarillas como prevención ante la potencial agudización de males, por el riesgo altamente presente de inhalación de ceniza volcánica.