Patricia Bullrich reveló una denuncia contra el exmandatario boliviano donde se lo acusa de convivir con cuatro adolescentes cuando era refugiado político en la Argentina
En las recientes horas, el panorama político de Latinoamérica se ha visto sacudido por una serie de graves acusaciones. La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, ha confirmado que el gobierno de Javier Milei ha decidido avanzar en una denuncia de gran resonancia. El denunciado es nada menos que el expresidente boliviano Evo Morales, quien enfrenta cargos por la presunta comisión de delitos relacionados con la trata de personas y abuso sexual durante su tiempo de asilo político en Argentina.
A través de su cuenta oficial, Bullrich afirmó: «Morales, denunciado. El delito en suelo argentino se paga». Estas palabras refuerzan una denuncia que ya tiene abierto un capítulo en Bolivia por similares motivos. De acuerdo a estas acusaciones, durante su estancia en Argentina, Morales habría compartido su domicilio con cuatro adolescentes, lo cual sumaría a la severidad de las acusaciones que enfrenta el exmandatario.
La compleja trama se profundiza con declaraciones de Angélica Ponce, exdirigente cercana a Morales y testigo clave en el caso. Ponce asegura haber visto a menores cumpliendo roles serviles en la residencia avalada por el gobierno argentino de aquel entonces. Su testimonio escalofriante indica, además, que Morales recibía «niñas como obsequios» a cambio de facilitar contratos y obras gubernamentales. «Nadie puede callar más, Dios nos va a ver», sentenció Ponce, en una afirmación que busca iluminar estos actos que habrían permanecido bajo un terrible silencio durante demasiado tiempo.
A las imputaciones en Argentina se suman paralelamente denuncias en Bolivia, donde otra investigación por cargos similares ha dejado al expresidente en una situación comprometedora. Un caso involucra a una menor de 15 años, quien, según una querella presentada el 26 de septiembre, también estuvo involucrada en redes de abuso sexual. La menor habría viajado repetidamente entre México y Argentina para acompañar a Morales, con la aparente anuencia de sus padres.
Bolivia vive momentos de gran tensión conforme la fiscalía investiga las acusaciones contra Morales. El gobierno boliviano se ve presionado por la comunidad internacional para proceder conforme a la verdad y justicia. Sin embargo, enfrentando esta tormenta de acusaciones, seguidores del líder político han respondido con terca lealtad. En la región del Chapare, territorio leal a Morales, se han registrado cierres de vialidades y disturbios, como una mira a proteger a su líder. Estas acciones no solo complican el trabajo de cumplimiento de la ley, sino que también indican una fractura cada vez más visible en el tejido social de Bolivia.