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El hallazgo fue realizado por el observatorio Pan-STARRS, en Hawái, especializado en detectar asteroides y cometas cercanos a la Tierra.

Recientemente, un grupo de sorprendentes revelaciones astronómicas ha capturado la atención de científicos y curiosos de todo el mundo. Se trata del descubrimiento de 2025 PN7, apodado como una «cuasi luna», que ha estado acompañando a la Tierra durante las últimas seis décadas. Este pequeño asteroide no es una luna en el sentido tradicional, pero su trayectoria acompaña de cerca a la Tierra, sincronizando su viaje orbital.

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El descubrimiento fue llevado a cabo por el reconocido observatorio Pan-STARRS de Hawái, una institución destacada en la detección de objetos celestiales cercanos a nuestro planeta. Uno de los aspectos más fascinantes de 2025 PN7 es su «sincronía» con el ritmo de órbita terrestre, manteniéndose en esta trayectoria hasta 2083. Según la astrónoma Jenifer Millard del Fifth Star Labs en Gales, estas cuasi lunas como 2025 PN7 no están gravitacionalmente unidas a la Tierra, pero orbitan al Sol mientras siguen una trayectoria similar a nuestro planeta.

El fenómeno de las cuasi lunas es realmente intrigante debido a que, aunque parecen girar alrededor de nosotros como la Luna, están en realidad orbitando al Sol, desplazándose en puntos a veces por delante o detrás de la Tierra, mantenidas por un tenue equilibrio causado por la gravedad de nuestro planeta. Actualmente, se han identificado ocho cuasi lunas que comparten una relación no tan cercana pero notable con la Tierra.

La existencia de cuasi lunas es una simple parte de un rango más amplio de compañeras cósmicas temporales. En contraste con las cuasi lunas, las mini lunas son de corta duración, orbitando directamente la Tierra durante un tiempo limitado antes de ser liberadas al espacio una vez más. Hasta ahora, solo se han registrado cuatro de estas mini lunas.

Una de las fascinaciones adicionales alrededor de nuestra órbita son las conocidas «lunas fantasma», nubes de polvo situadas en puntos de estabilidad gravitacional que todavía no han sido plenamente confirmadas por la ciencia. Estos fenómenos continúan siendo el objetivo de estudio y no han sido considerados peligrosos para la Tierra dado que, incluso en sus posiciones más cercanas, los objetos permanecen mucho más lejos que la Luna.

Los avances en tecnología y los telescopios más sensibles han permitido a los astrónomos descubrir cuasi lunas alrededor de otros planetas como Júpiter, Venus y Saturno, indicando que nuestro sistema solar es un escenario de constante cambio y evolución.